La muerte ya llega
a por mí. Puedo oírla, olerla, verla con mis propios ojos. Sus susurros me
alertan de que estos son mis últimos minutos. Qué lástima, estaba seguro de que
iba a hacer muchas grandes cosas en mi vida. Soy tan joven, que me da pena
pensar en esto. Es curioso, puedo pensar con mucha claridad en este momento,
tal vez es esa claridad letal que dicen que le da a uno en sus últimos segundos de vida. La muerte ya ha llegado
aquí, y está delante de mí. Sus manos se extienden, buscándome. Tendría que
haber pedido perdón por mis errores, y por haberme excedido en los placeres,
pero ya es demasiado tarde.
Espero que el más
allá no sea tan doloroso como dicen, porque si lo es, mi eternidad también será
un asco. Diablos, el accidente que acabamos de tener ha sido peor de lo que
pensé cuando estábamos a punto de estrellarnos. Creo que mi hermano tampoco ha
sobrevivido, otra lástima. Le acaba de nacer la segunda hija, una preciosura.
El otro coche está hecho pedazos. Veo que también había dos personas en él.
¿Ese cuerpo de ahí es un niño? Oh, no, maldición, esta me saldrá cara…
Segundo de la larga lista, y esto apenas comienza.
Fuente de la Imagen:
https://es.gizmodo.com/hablamos-con-los-devotos-de-la-santa-muerte-aquellos-q-1819999526
Agradecimientos al Fotógrafo.
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